Origen
El Masaje Californiano tiene su origen en los años 60, en el seno del Instituto Esalen de California, “una organización de aprendizaje dedicado a la exploración continua del potencial humano” y cuyo fin era y es, facilitar la transformación tanto a nivel personal como social. Fue punto de encuentro multidisciplinar por el que pasaron numerosos filósofos, escritores, físicos psicólogos, artistas… y cuna de la terapia Gestalt.
¿Qué es el Masaje Californiano?
El Masaje Californiano es una fusión de las diferentes disciplinas y terapias que pasaron por el Instituto Esalen tomando como elementos teóricos los principios de la Gestalt, y aunando maniobras de diferentes terapias manuales como los Hamacados Armónicos, el masaje Tailandés, el Deep Tissue o el Lomi Lomi hawaiano. Un elemento importante y diferenciador respecto de otros masajes es la conexión que se produce entre terapeuta y paciente. Durante la sesión, la energía de ambos se armoniza creando un campo vibracional único que favorece la confianza mutua, llevando a la persona a un estado de relajación tal que permite la apertura de los tejidos profundos sin necesidad de aplicar una fuerza excesiva por parte del o la terapeuta.
Beneficios del Masaje Californiano
Algunos de los beneficios que se obtienen con el Masaje Californiano son:
- reducción del estrés a través de la relajación profunda
- alivio de los dolores y tensiones musculares
- mejora de la movilidad articular
- ayuda en la recuperación de lesiones
- mejora del tono muscular y la posición corporal
- favorece además, la circulación sanguínea y la eliminación de toxinas
- crea amplitud en el cuerpo y libera la respiración
- aumenta la conciencia corporal y la percepción de la persona sobre su propio cuerpo
- es capaz de llegar a capas muy profundas liberando no solo el tejido sino emociones que
permanecen enquistadas
En qué casos se recomienda - cuando existen contracturas y dolores musculares y articulares de carácter crónico o temporal
- cuando existen problemas a nivel circulatorio
- en caso de estrés, ansiedad, insomnio, falta de energía…
- en casos de fibromialgia, artritis, artrosis, reuma…
Metodología
El masaje comienza con un contacto muy suave que tiene como objetivo generar confianza y
conectar con el cuerpo de la persona que está sobre la camilla. Es además, un primer
reconocimiento a nivel físico, emocional y energético, dando al o la terapeuta una idea global y
holística acerca del estado del paciente.
A continuación, vienen los movimientos largos e integrados que recorrerán todo el cuerpo con ayuda de diferentes aceites esenciales, creando fluidez para relajar el sistema nervioso y evitar que la mente tome el control sobre lo que está sucediendo en ese momento. A medida que se avanza en el masaje, las maniobras comenzarán a ser cada vez más profundas, incorporando a los movimientos la utilización de codos y antebrazos para penetrar en los tejidos profundos.
El trabajo será siempre lento pero intenso, lo que permitirá darnos el tiempo para escuchar e integrar las tensiones, y de esta manera, avanzar en el recorrido estableciendo conexiones con otras partes del cuerpo como piernas, brazos, abdomen, cráneo…
Contraindicaciones
- Piel con quemaduras, heridas o infección.
- Tejidos que presenten hemorragia.
- Personas con rotura ósea o problema cardiovascular.
- Las mujeres embarazas deben consultar su estado y etapa con el profesional.
- Casos de hiper o hipotensión